Especialmente en los últimos años, estamos viviendo una época en la que cuando hablamos de bancos, sobre todo si nos referimos a bancos para pymes,  no es para hacerlo  valorando de forma positiva su función como facilitadores de financiación. Sin embargo, seguimos atados a ellos.

Y es así porque nos prestan servicios útiles indispensables, tanto en la esfera  particular como  en la empresarial, haciendo que quede en segundo plano su fama de ser entidades sin alma, que solo miran  la rentabilidad económica,  y nos quieren únicamente cuando les debemos dinero y pagamos, y cuando tenemos excedentes que podemos invertir en productos gestionados por ellos.

Si vas a montar una empresa  te verás obligado  a acudir a uno de ellos. Hoy en día no es posible prescindir de sus servicios. Es seguro que los vas a necesitar, entre otros, para alguno de estos servicios:

  • Pagar recibos o compensar cheques o pagares de a proveedores, acreedores o trabajadores
  • Pagar las cotizaciones a Seguridad Social, declaraciones fiscales u otros impuestos
  • Cobrar a clientes mediante TPV, transferencia bancaria, emisión de recibos o ingreso de cheques o pagarés.
  • Acceder a financiación mediante anticipo del cobro de facturas de clientes u ofrecer pagos anticipados a proveedores mediante sistemas de factoring o confirming, respectivamente
  • Realizar pagos internacionales.
  • Acceder a financiación para compras de bienes muebles o inmuebles, ya sea a través de préstamos como de otras figuras como renting o leasing
  • Acceder a financiación para desfases de tesorería contratando líneas de crédito o de descuento de efectos.
  • Utilización de tarjetas de débito y/o crédito
  • Invertir excedentes en productos financieros para obtener ganancias o, al menos, no perder valor adquisitivo por efectos de la inflación

 

Y podríamos seguir.

Aunque pienses que  puedes operar sin contar con un banco, por ejemplo porque vas a  montar una panadería y los clientes pagan en efectivo, sin embargo,  vas a tener que utilizar diferentes  servicios bancarios porque te lo van a exigir, al menos, tus proveedores, la Seguridad Social y  la Agencia tributaria.

Por tanto, elegir una entidad bancaria con la que trabajar  es una de las tareas que vamos a tener que afrontar como empresario.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir un banco?

Podemos aportar algunos consejos para que esta elección sea la más favorable.

  1. Lo primero que conviene recordar es que el banco que utilices en tu vida particular no tiene por qué ser la mejor elección para tu empresa. Debemos elegir una entidad que ofrezca servicios especializados para empresas y que, además, estos no nos cuesten un ojo de la cara.

  2. Bien es cierto que, si el banco que utilizamos para nuestra operativa particular, tiene una buena sección de empresas, empezar por aquí puede ser una buena opción, porque  dicha entidad  ya cuenta con nuestro histórico y somos conocidos por  los empleados de la sucursal en la que solemos operar, si es que no hacemos todo on line.

    Evidentemente, lo anterior es válido si  nuestra trayectoria y las referencias que de nosotros tengan en el banco son buenas. Si, por la causa que sea, hemos tenido impagos de préstamos, devoluciones de recibos o peticiones diversas de embargos, entonces nos traerá más cuenta  empezar por otro banco.

    Es necesario recordar que, si hemos tenido incidencias bancarias, estas pueden haber quedado recogidas en el Banco de España y en otros registros de común acceso de los bancos, por lo que no nos extrañe si nos cuesta encontrar bancos para pymes  que accedan a concedernos determinados productos, o, si lo hacen, sea con comisiones y costes más altos.

  3. En segundo lugar, es vital abrir negociaciones con varios bancos a la vez para poder comparar cada uno de los productos que se necesitan, y sus costes.
  4. No solo debemos mantener contactos con varios bancos para pymes para elegir uno, sino que es conveniente  que, una vez elegido el principal, utilicemos otro de forma secundaria, a modo de respaldo, por si fuera necesario acudir a este otro para obtener determinados productos que son ofrecidos en mejores condiciones.

    Por ejemplo. Supongamos que la entidad con la que trabajamos como banco de cabecera funciona muy bien y con comisiones bajas para tarjetas, transferencias, recibos domiciliados de proveedores y lo hace  aceptablemente bien, para la emisión de recibos para el cobro de clientes.

    Si en un momento dado cambia la política del banco, y encarece, por la causa que sea, el cobro mediante recibo, o, algo más probable y real, aumenta los períodos de retención de los importes cobrados mediante remesas de recibos, podemos encontrarnos en una situación comprometida.

    Efectivamente, si nuestra PYME no tiene excedentes de tesorería y aumentan las retenciones sobre los recibos cobrados, pueden verse afectados pagos de nóminas, seguros sociales o impuestos, lo que nos obligaría a entrar en dinámicas de aplazamientos, o  negociar con los trabajadores cobros más allá del fin de mes.

    Podemos pensar que, en ese caso, nos vamos a otro banco en cuanto conozcamos esta circunstancia y todo solucionado. Pero puede ocurrir que entre que tomamos la decisión y empezamos la operativa con la nueva entidad, en condiciones óptimas de importe máximo de riesgo e importes disponibles en el mínimo plazo, nuestra tesorería esté sufriendo tensiones.

    Una decisión mejor habría sido, siendo previsor,  trabajar con dos bancos, y  girar un porcentaje x de recibos de clientes en cada banco. De esta forma, realizar traspasos entre ambos sería más sencillo, más rápido y habría  menos trabas.

    Un caso similar lo podemos tener con los descuentos de efectos. Conviene mantener líneas de riesgo en dos bancos para pymes, maximizando las posibilidades de financiación.

    Otra situación real en la que  trabajar  con varias entidades bancarias  ha sido  beneficioso para la empresa se  ha dado al pedir un préstamo para el pago de una indemnización de una trabajadora. A pesar de trabajar habitualmente con varios bancos, y de poder aportar las mismas garantías, solo uno de ellos aprobó  la operación en las condiciones que se necesitaban.

    Esto es así porque cada banco es un mundo y puede que uno tenga, en un momento dado, una política más flexible para conceder préstamos porque tenga más ahorros de otras empresas y particulares disponibles, y sus ratios se lo permitan. Este, no lo olvidemos, es el papel fundamental de las entidades financieras y lo que las hacen jugar un papel indispensable en la economía.

  5. Negocia, negocia y negocia. Serán más de una y dos las veces en que detectes que te han cobrado comisiones indebidas a priori, o que te han cambiado las condiciones. No te calles porque, si eres un buen cliente, y a veces sin serlo, seguro  que consigues que retrotraigan la operación y te devuelvan el exceso cobrado.
  6. Consigue todas las condiciones por escrito porque es normal la rotación de personal en las sucursales y un cambio de director puede hacer que te quedes sin argumentos para defender unas determinadas condiciones que te habían concedido previamente.
  7. Fíjate en su banca online, que sea operativa. Trabajando con bancas online de varias entidades he visto una gran diferencia entre unas y   Recuerdo una que era realmente desastrosa, y un suplicio trabajar con ella.
  8. Pide referencias a otros empresarios para los productos concretos que vas a necesitar, para que no tengas sorpresas. Hace algún tiempo  de varias entidades, La Caixa, era la única que te cobraba una comisión de tres euros por solicitar los movimientos en un fichero en formato N43 para conciliar bancos. En las demás era gratuito o tenías la opción de descarga en Excel.

En otros casos he visto casos en los que cobraban comisiones por los recibos que te emitían los proveedores. Por tanto, cuidado.

Como ves, por mucho que a veces nos den ganas de meter el dinero debajo de una baldosa, por los  problemas generados durante la crisis y los episodios de corrupción, debemos ser conscientes de que los bancos para pymes son imprescindibles para  nuestra actividad y según trabajemos con ellos, incluso pueden contribuir al éxito de la misma.

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Javier Donoso
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Javier Donoso

Economista / Asesor y Consultor de empresas.
Especialista en Desarrollo Web y Marketing Digital
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Desde 1994 ayudando a pymes y a autónomos en la puesta en marcha y en el día a día de sus proyectos empresariales. Esperando aportar conocimiento a los nuevos emprendedores y que eviten los errores que otros cometieron.
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