En otros artículos hemos hablado ya de la financiación tanto enfocada hacia los emprendedores como a nivel general para empresas de cualquier tamaño que ya están en funcionamiento. En esta ocasión nos gustaría hablar de financiación alternativa, entendiendo esta como otras opciones de financiamiento para pymes y autónomos diferentes de las ofrecidas por los bancos, o al menos en otras condiciones.
Si eres una pyme o un autónomo, seguro que te habrás encontrado, en más de una ocasión, en la que el dinero que tenías en el banco no era suficiente para cubrir todos los pagos que debías afrontar.
Ya sea por disminuciones de venta temporales, por gastos extraordinarios no previstos o por una falta de planificación te habrás encontrado que los importes cobrados de clientes no eran suficientes para afrontar los pagos a proveedores y acreedores.
En esos casos se nos abren muchas posibilidades. Quizás la más inmediata, por sencilla, a priori, es la de intentar retrasar los pagos o actuar sobre ellos.
La opción de actuar sobre los pagos puede concretarse en:
- Negociar con algunos proveedores un alargamiento en los plazos de pago temporal o permanente. Un freno a esta decisión puede ser el no querer mostrar que se están atravesando dificultades económicas
- Solicitar aplazamientos de IVA si los importes a abonar por este impuesto son lo suficientemente elevados para que nos resuelva de forma transitoria la situación, pero no tanto como para que debamos aportar garantías, lo cual complicaría el trámite.
- Prescindir temporalmente de servicios no críticos para descargar la tesorería y poder tener disponible para afrontar los pagos de los productos o servicios esenciales.
- En microempresas y autónomos es muy habitual el retener la nómina o el cobro del propio empresario, para poder hacer frente al resto de gastos.
Estos son algunos ejemplos de actuaciones que no implican demasiada complicación, y que depende totalmente de nosotros el realizarlas con una probabilidad alta de éxito.
Pero ¿Y si no es suficiente la actuación desde la parte de los pagos, o es una situación recurrente por desfase entre periodos de cobro y de pago? Imaginemos que trabajamos para la administración o grandes empresas que estiran los periodos de pago más allá de lo permitido legalmente.
Como comentaba al principio, ya hablamos en otros artículos acerca de figuras como el descuento de efectos, el confirming, el factoring o las pólizas de crédito.
Alguna de esas formas de financiación son las primeras en las que pensamos y que tratamos de obtener de nuestra entidad financiera habitual, pero puede ocurrir, y ocurre que, a veces, o bien hemos agotado los límites que nos ofrecen, o sencillamente, por ser sectores de riesgo, por tener clientes no considerados solventes por estas entidades, o porque nuestra empresa sea de reciente creación y no tenga el bagaje suficiente, el acceso a la financiación se nos cierra.
Financiación alternativa a la tradicional bancaria
Es en estos momentos donde empezamos a buscar opciones de financiación alternativa ¿Amigos y familiares?¿Crowfunding?¿ICO?
Puede ser, aunque tocar a amigos y familiares es delicado por la consecuencias que pueda tener en las relaciones con ellos. Crowfunding o figuras similares para financiar circulante no parece una opción, más aun si es para determinados negocios no susceptibles de acudir a esta posibilidad. Créditos ICO se instrumentan a través de entidades bancarias, las mismas que nos han cerrado las puertas. Difícil.
Conocemos casos en los que se ha acudido a empresas de créditos rápidos, fundamentalmente orientados al consumo, en los que el coste es astronómico. Tampoco parece la mejor opción.
Llegados a este punto igual estamos a punto de tirar la toalla, pero todavía hay una opción adicional que podemos valorar. Se trata de las empresas que no son entidades bancarias y que intentan llenar el vacío que estas ofrecen en los casos comentados.
Son entidades financieras que se dirigen a aquellas empresas que, necesitando financiación, no la obtienen ya que los clientes no ofrecen las garantías mínimas que ellos demandan o simplemente la nuestra es la que no los ofrece.
Estas entidades financieras trabajan, sobre todo, el descuento de pagarés. Evidentemente debemos conocer esta opción y tenerla en nuestro “arsenal” de opciones de financiación. Hay que proveerse de herramientas y no dejar a la improvisación el encarar los desfases de tesorería, para evitar tensiones innecesarias.
El conocer y tener preparadas este tipo de opciones hará que, cuando establecemos la forma de cobro a nuestros clientes, cambiemos la transferencia bancaria por el pagaré en los casos que nos pueda interesar.
La cuestión es tener la iniciativa y con la transferencia bancaria no la tenemos nosotros. La tiene el cliente. Tener un pagaré en nuestro bolsillo es tener el cobro “asegurado” al vencimiento, pero es no tener que realizar, a priori, gestiones engorrosas para instar al cobro.
Si ese pagaré, además, nos da la opción de adelantar el dinero sin tener que esperar al vencimiento, tendremos un arma poderosa para complementar el resto de instrumentos financieros bancarios o no bancarios que estemos utilizando.
Algunas de las importantes ventajas que nos ofrecen estas empresas de financiación alternativa respecto al descuento de pagarés son:
- No aumentan el riesgo bancario en la C.I.R.B.E (Central de Información de Riesgos del Banco de España)
- Analizan cualquier tipo de cliente independientemente del tamaño, sin coste
- Ofrecen precios ajustados
- No han necesidad de firma de pólizas o avales
- No hay retenciones sobre las facturas adelantadas
- Se exigen menos garantía que las que exigen los bancos
Estas empresas de financiación alternativa también ofrecen otras opciones de acceso a liquidez para circulante, útiles para empresas cuyos clientes son administraciones públicas ya que se ocupan de adelantar el pago de las facturas pendientes de empresas y organismos públicos que tienen largos periodos de pago, liberando además de costes administrativos y de gestión a la empresa en cuestión.
En definitiva no se trata de prescindir de los bancos. Se trata de dotarnos de todas las posibilidades que nos brinda el sistema financiero español para estar preparados a la hora de afrontar situaciones de problemas de liquidez.
Hay que ser previsor, hay que planificar a medio y largo plazo y hay que tener una estrategia definida al respecto en este tema, sea tu empresa grande o pequeña, seas autónomo o sociedad. Siempre hay que tener un plan B o incluso valorar si ese plan B puede ser mejor que el A. Puede que la financiación alternativa sea en ciertos casos mejor que la tradicional.
Por tanto animamos a recabar información, plasmar costes en una hoja de cálculo, no solo de comisiones o de intereses, sino de costes de oportunidad derivados del ahorro de tiempo en determinadas gestiones engorrosas y que puedan enturbiar la relación con nuestros clientes o proveedores.
Y una vez tengamos toda la información, todos los instrumentos a nuestro alcance, utilizar en cada momento los más beneficiosos para nuestra empresa. La variedad de opciones nos dará el poder que no tenemos, si solo dependemos de una entidad financiera sea tradicional o alternativa.
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